jueves, 24 de marzo de 2011

El ruido

El ruido es uno de los indicadores más importantes a la hora de definir la calidad de vida. Hay numerosas leyes que definen los niveles máximos que debe soportar un territorio en función del uso del suelo, residencial, industrial, etc.

En nuestro caso, al no haber una ley vasca del ruido, la base normativa la encontramos en el real decreto 1367/2007 por el que se desarrolla la ley 37/2003 en lo referente a zonificaciones acústicas, objetivos de calidad y emisiones acústicas. Esta ley fija unos niveles acústicos que permiten la realización de actividades económicas y a la vez se protege la calidad de vida. Sin embargo la propia ley establece que la competencia exclusiva en materia de ruidos es de los Ayuntamientos, quienes tienen la obligación de elaborar y aprobar normativa de ruidos para poder aplicar la ley.

Si un Ayuntamiento no tiene ordenanza no se podrá exigir que se cumpla la ley. Lo único que se puede hacer es contratar ensayos de ruido, un abogado y acudir a los juzgados de forma particular.

¿Cual es la situación de Muskiz?
Muskiz no tiene ordenanza de ruidos y vibraciones, algo que no parece muy lógico si tenemos en cuenta los numerosos focos de ruido, especialmente los de Petronor.
En estos cuatro últimos años el área de medio ambiente ha elaborado el mapa de ruido del municipio con el objetivo de llevar a cabo la zonificación acústica, instaló cinco sonómetros clase B que registran en continuo el ruido y comenzó a elaborar la ordenanza de ruido y vibraciones.
Todo parecía ir bien, pero algo debió ocurrir….

El primer dictamen
El borrador de la ordenanza fue presentado en septiembre de 2010 por el área de medio ambiente en la comisión informativa. En dicha comisión se pactó cuál seria el calendario de la ordenanza. Se realizó una jornada de participación ciudadana y se impartieron cursos a la policía local y a los técnicos. La ordenanza estuvo cuatro meses en la comisión. El único grupo que realizó propuestas, de “poca entidad”, fue el PNV y estas fueron aceptadas y recogidas en el texto. La comisión dictaminó la ordenanza para que pudiera llevarse a pleno. Tres votos a favor y dos abstenciones del PNV sin dar ninguna explicación.
La ordenanza llegó al pleno de diciembre y cuando iba a ser discutida, el Alcalde la quita del orden del día porque, según él, debe ser aprobada por unanimidad.
Exigir a un proyecto unanimidad es condenarla al más rotundo fracaso y él lo sabia desde el principio, pero la triste historia de la ordenanza continúa.
Segundo dictamen
De nuevo en la comisión, el PNV sigue sin explicar su abstención.. Tras un mes, el PNV dice que aprobará la ordenanza si los límites se rebajan al máximo posible, ¿por qué? preguntó el responsable del área. Porque así es mucho más fácil hacerla cumplir, contestaron. La pobre ordenanza fue cepillada en aquel momento y se dictaminó para llevarla a pleno, un voto a favor y cuatro abstenciones. El PNV cambia de opinión en tan solo una semana y el PSE cambia el voto del dictamen. ¿Pero no habíais prometido...? Si, pero lo hemos pensado mejor, dijeron. Pues bien, el Alcalde no lleva la ordenanza al pleno de enero, y ante la insistencia del concejal y las preguntas del público pide que se lleve de nuevo a la comisión y promete que la ordenanza se discutirá en el pleno de febrero.

Tercer dictamen
La ordenanza vuelve a la comisión, ha quedado claro que el PNV no quiere ordenanza, no la ve prioritaria, ¿por qué no lo dijeron desde un principio?. El PSE no ha realizado ninguna propuesta y en sólo un mes ha cambiado su voto favorable en el dictamen a la abstención, y el Alcalde sigue pidiendo unanimidad.
El responsable del área vuelve a proponer el dictamen, el PNV se abstiene y el PSE cambia de nuevo el voto y vota en contra. Preguntado al respecto algo dice de cortar el cesped, que si el secador del pelo...Se le explica que la ordenanza no regula las cuestiones domésticas, que regula el aislamiento de las nuevas edificaciones, las actividades económicas, los vehículos y el comportamiento ciudadano.

El Alcalde había prometido por fin el debate en el pleno de febrero, pero nuestra ordenanza se vuelve a quedar fuera, y tanto camino para ni siquiera llegar a ser discutida, ¿para que están nuestros representantes?
¿No os parece esto un auténtico cachondeo? Alguien ajeno al Ayuntamiento está tomando las decisiones por nosotros, alguien que no se presenta a las elecciones pero que termina por decidir los asuntos importantes que conciernen a nuestra salud y el medio ambiente.
¿Por qué Muskiz no tiene ordenanza de ruidos y vibraciones?. Dicen que es difícil de hacer cumplir y se equivocan en el sujeto, alguien lo tiene difícil para cumplir. ¿A quien beneficia que no se apruebe la ordenanza?
Fdo: Coordinadora Anti-Coke

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