jueves, 7 de agosto de 2008

LA CAMISETA MÁS SUCIA

La necesidad provoca extraños compañeros de cama. De una parte, el Sr Imaz. Conocedor de que sus atribuciones como presidente de Petronor no alcanzan para cuestionar el emplazamiento de la nueva planta de coke o para revisar los subterfugios metrológicos y estadísticos que permiten a la refinería fingir el cumplimiento de la ley. Centrado por tanto en labores cosméticas de tan contaminante industria. Ya había adelantado a sus colaboradores más cercanos que si bien su familia era de la Real, él siempre había sido del Bilbao. Por otro lado, el Sr Macua que lleva viendo las barbas del vecino pelar más de año y medio y a quién la crisis crediticia no ha permitido pagar las fichas de junio hasta el 22 de julio.
La mutua conveniencia es innegable. Ahora bien para quienes tenemos el orgullo de ser Athletic y la penosa circunstancia de convivir con la refinería, ver el escudo del Athletic subrayado con el acrónimo de Petróleos del Norte resulta tan aberrante como ver a George W Bush recoger en Nobel de la Paz.
En definitiva, no hay bien que por mal no venga. El rechazo ciudadano mayoritario y creciente a los nuevos proyectos y viejas formas de hacer de la refinería tiene un primer beneficiario: el Athletic. Cierto es que son limosnas y que buscan atenuar las causas para evitar enfrentar el problema, pero el más largo viaje se inicia con un pequeño paso.

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